Aplicando la relación cadera-columna: ¿Qué radiografías y mediciones son importantes?
Artículo original: Elbuluk, Ameer M. et al. Applying the Hip-Spine Relationship: What X-Rays and Measurements Are Important? The Journal of Arthroplasty.2021;36(7):S94 - S98.
DOI: 10.1016/j.arth.2021.02.058
Sociedad: American Association of Hip and Knee Surgeons
Palabras clave: dislocation, risk factors, total hip arthroplasty, spinopelvic, hip-spine relationship safe-zone instability
Línea editorial del número: El número del que se ha extraído este artículo es un monográfico editado tras la reunión anual en 2020 de la Asociación Americana de Cirujanos de Cadera y Rodilla. La revista Journal of Arthroplasty estaba situada en el momento de la publicación de este artículo en Q1, en la posición 12/86 para la categoría de Orthopedics dentro de las revistas indexadas en JCR, y con un factor de impacto de 4.4
Motivo para la selección: Considero fundamental que los TSID que hacen estudios radiográficos sepan con exactitud lo que motiva las peticiones de radiología, ya que ello va a estimular las ganas de aprender patología, fisiopatología y técnicas quirúrgicas, además de encontrar un sentido real a su práctica profesional y generar, finalmente, estudios de mayor calidad. Este artículo se introduce en este campo y explora algunas proyecciones que no son habituales en una sección de radiología músculo-esquelética, no por ello con menor importancia, como se verá en el resumen del artículo. Animo a todos los lectores a que realicen la lectura completa del artículo original.
Resumen:
Comprender el movimiento espinopélvico y la relación dinámica de la cadera, la columna y la pelvis es esencial para disminuir el riesgo de inestabilidad después de una artroplastia total de cadera. La inestabilidad sigue siendo una complicación postoperatoria costosa y difícil de manejar. La relación entre la cadera y la columna es compleja y justifica un análisis detallado de la movilidad espinopélvica de cada paciente para ayudar a orientar la colocación segura del componente acetabular. Mediante el uso de una radiografía AP de la pelvis en bipedestación, radiografías espinopélvicas laterales en bipedestación y sedestación e imágenes funcionales avanzadas, se pueden obtener parámetros espinopélvicos clave. Desde 1978 está descrita la “zona segura” acetabular, que describe el rango óptimo de ángulos de abducción y anteversión, donde se encontraron menores tasas de luxación protésica. Sin embargo, la mayoría de las luxaciones ocurren dentro de esas “zonas seguras”, por lo que se hace necesario encontrar parámetros de seguridad adaptados a cada paciente de manera particular. Queda demostrada la influencia de las alteraciones posturales raquídeas en dicha inestabilidad, que además es diferente en bipedestación que en sedestación (la cobertura de la cabeza femoral, ya sea nativa o protésica, es diferente en sedestación que en bipedestación). Por ello es necesario un estudio radiográfico que ayude a establecer adecuadamente el posicionamiento del cotilo en función de los datos obtenidos en estas imágenes.
Los autores del artículo describen un método estructurado en 4 pasos para identificar los puntos de riesgo y adaptar la colocación protésica posterior en función de ellos.
El paso 1 identifica deformidades vertebrales mediante RX AP de pelvis en supino y en bipedestación para evaluar el posicionamiento en los tres planos del espacio (inclinación, rotación y oblicuidad). A continuación, se analiza una Rx espinopélvica lateral en bipedestación que evalúa el grado de anteversión/retroversión. Esta radiografía debe incluir la región lumbar y toda la pelvis. Por último, se identifica el desajuste entre lordosis lumbar e inclinación pélvica a través de una fórmula matemática que relaciona una serie de líneas geométricas establecidas sobre las imágenes.
El paso 2 identifica la rigidez vertebral comparando las placas laterales en bipedestación y sedestación.
El paso 3 consiste en obtener estudios dinámicos en pacientes con alto riesgo de inestabilidad: Rx lateral en sedestación y flexión, que se sumará a lo anteriormente obtenido
El paso 4 consiste en obtener mediciones y datos de todas las imágenes y relacionarlos entre sí. Por ejemplo, determinar el grado de retroversión pélvica, el grado de anteversión, y señalar a aquellos pacientes que muestran menor retroversión al pasar de bipedestación a sedestación (estos pacientes necesitarán una mayor inclinación y anteversión protésica para adaptarse a la flexión de cadera en el momento de sentarse).
En resumen, los pacientes que se someten a una artroplastia de cadera deben ser evaluados mediante el uso de imágenes radiográficas espinopélvicas funcionales. Una radiografía AP de pelvis, AP de pie y 2 radiografías laterales (sentado y de pie) permiten al cirujano obtener mediciones clave para la posición óptima de la copa. La aplicación de estos principios a todos los candidatos de alto riesgo a una artroplastia de cadera puede ayudar a reducir la carga general de inestabilidad de la artroplastia de cadera y las futuras cirugías de revisión.
Valoración personal: El artículo explica de manera clara y didáctica, y apoyado por ejemplos reales, este protocolo preoperatorio que ayuda a tomar decisiones quirúrgicas adecuadas. El trabajo del técnico es fundamental para obtener imágenes de calidad y en los momentos artromecánicos precisos, por lo que parte del éxito (o fracaso) quirúrgico también es debido al TSID que trabaja en equipo y con conocimiento del alcance e importancia de su labor cotidiana. Desde mi punto de vista, una adecuada comprensión de este alcance mejora la motivación del profesional implicado para dar lo mejor de sí con cada paciente.
Javier Álvarez González
TSID, HGU Gregorio Marañón (Madrid)
j.alvarezglez.prof@gmail.com