Valor diagnóstico de PET-amiloide y PET-Tau: una comparación cara a cara

30/06/2021

Artículo original:  D. Altomare, C. Caprioglio, F. Assal, G. Allali, A. Mendes, F. Ribaldi et al. Diagnostic value of amyloid-PET and tau-PET: a head-to-head comparison. EJNMMI. 2021; 48:2200-2211

DOI: https://doi.org/10.1007/s00259-021-05246-x

Sociedad: European Association of Nuclear Medicine @officialEANM

Palabras clave: Amyloid, Tau, PET, Florbetapir, Flutemetamol, Flortaucipir.

Abreviaturas y acrónimos utilizados: PET (Tomografía por emisión de positrones), FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos), RMN (Resonancia magnética nuclear),SCD (deterioro cognitivo subjetivo), MCI (deterioro cognitivo leve).

Línea editorial del número: 

European Journal of Nuclear Medicine and Molecular Imaging es la revista oficial de la Sociedad Europea de Medicina Nuclear, en ella podemos encontrar desde artículos originales hasta consensos o guías y procedimientos.

El ejemplar de julio está íntegramente dedicado a la enfermedad de alzheimer, en este encontramos muchos artículos dedicados sobre todo a PET-Tau y PET-amiloide, también hay algunos sobre biomarcadores. Cabe destacar una revisión en la que se analizan los resultados de estudios para valorar la utilidad clínica del PET-amiloide.

Motivo para la selección: 

La PET-Tau es una prueba emergente que se ha ganado un puesto entre las revistas de medicina nuclear y  existen muchos artículos, algunos de ellos en el mismo número de la revista, sobre esta.

En este momento en medicina nuclear se emplea el PET-amiloide para el diagnóstico de la enfermedad de alzheimer. Gracias a este estudio se resolverán dudas como por ejemplo si la PET-Tau sustituirá a la PET-amiloide o si se complementarán. También es necesario saber, en el caso de que se complementen, cuál va a ser la primera prueba a realizar y si en algún caso se puede prescindir de la segunda prueba.

Resumen: 

La acumulación patológica de proteínas amiloides y TAU son las principales involucradas en la enfermedad de alzheimer. El uso de radiofármacos basados en amiloide en PET fue publicado hace 17 años, pero la Tau-PET es actual. 

La PET-Tau con 18F-Flortaucipir ha sido aprobada recientemente por la FDA y por el momento no existen evidencias de su valor diagnóstico. 

En este artículo se pretende valorar el valor diagnóstico del PET-Tau, en términos de cambios etiológicos en el diagnóstico y la confianza diagnóstica de la PET-amiloide y la PET-Tau individualmente y en combinación.

Para calcular estos cambios, dos neurólogos determinaron el estado cognitivo, la demencia y el diagnóstico etiológico. También se les pidió su confianza diagnóstica entre valores del 50-100%. Este proceso lo siguieron en tres tiempos diferentes en función de a qué pruebas tenían acceso:

  1. T0: Acceso a história clínica y al informe de la RMN
  2. T1: Acceso al informe de la primera de las pruebas (PET-Tau o PET-amiloide)
  3. T2: Acceso a la prueba restante

El diseño del estudio fue planteado como dos brazos, cada uno con la mitad de los pacientes (136 en total). En el primer brazo un neurólogo recibía primero (T1) el informe de la PET-amiloide, el otro recibía primero la PET-Tau. En el segundo brazo intercambiaban el orden.

Los resultados del estudio muestran los siguientes porcentajes de cambio diagnóstico en función de cada técnica y si fue dada como primera opción(T1) o como segunda después de la otra prueba (T2):

  • PET-amiloide: 28 % de cambio en T1. 9% en T2
  • PET-Tau: 28 % en T1. 6% en T2.

En el caso de que el diagnóstico etiológico base (T0) no coincidiera con el resultado de la primera PET (T1), los cambios fueron:

  • Los diagnósticos como enfermedad de alzheimer en T0 cambiaron a negativos en el 100% (28/28) de los casos en el que la PET-amiloide fue negativa. En el caso de PET-Tau fue en un 76% (35/46). La PET-amiloide negativa tuvo mayor valor estadístico.
  • Los diagnósticos de no alzheimer en T0, cambiaron a positivo en el 100% (10/10) de los casos en que la PET-amiloide fue positiva. En el caso de PET-Tau fue en un 60% (3/5). No existe diferencia significativa, posiblemente debido al pequeño tamaño de la muestra.

En los casos en que el primer PET (T1) confirmaba el diagnóstico T0 y no coincidía con el segundo (T2):

  • Los diagnósticos de alzheimer se modificaron a negativos en un 36% (9/25) con una PET-Tau negativa. El cambio fue de 50% (1/2) en el caso de la PET-amiloide negativa. No existe diferencia significativa.
  • Los diagnósticos de no alzheimer se modificaron en un 100% de los casos (2/2) después de la PET-Tau positiva. En la PET-amiloide el cambio fue de un 44% (7/16). No existe diferencia significativa.

Los dos neurólogos coincidieron entre ellos en el diagnóstico base (T0) en un 71 % de los pacientes, después de recibir la primera prueba (T1) la coincidencia aumento al 87 %, hasta llegar al 88 % con ambos estudios (T2).

Cambios en la confianza diagnóstica:

  • T1: la confianza diagnóstica aumentó en un 18% cuando se dio la PET-amiloide como primera opción, en el caso de la PET-Tau fue un 19%
  • T2: cuando fueron dadas como segunda opción la confianza aumentó un 5% en amiloide y un 4% en tau.

No existe diferencia significativa en el cambio de confianza diagnóstica entre las dos técnicas.

Se valoraron los cambios en el diagnóstico y la confianza del mismo respecto el estado cognitivo de los pacientes, pero en ninguna de las comparaciones realizadas se obtuvo una diferencia significativa.

Las discordancias entre PET tau y amiloide se dieron en un 20% de los casos, el resultado final de cada neurólogo fue el mismo que el PET-amiloide en un 55% para el primero y un 67% para el segundo.

En el artículo se analizan los datos también en función de cada grupo de estado cognitivo (SCD, MCI), entre los que se debe destacar:

  • Pacientes con MCI son los que mayor cambio diagnóstico después del primer examen (T1) tienen (35% en amiloide y 36% en tau).
  • En los pacientes con SCD la confianza diagnóstica en T1 aumenta más que en los otros grupos (23% en amiloide y 26% en Tau), aunque esto afecta muy poco en el diagnóstico final.
  • En los pacientes con demencia la confianza diagnóstica no mostró grandes cambios en T1 (14% amiloide y 10% tau).

Los autores describen las principales limitaciones, siendo la más importante que estamos ante un estudio retrospectivo, privando a los neurólogos de la observación clínica de los pacientes durante el diagnóstico base (T0). Será necesaria una ampliación del estudio de manera prospectiva  y haciendo un seguimiento de los pacientes para valorar el impacto de las técnicas en un diagnóstico final.

Otra importante limitación es que , debido a la fase prematura de la PET-tau, actualmente no existen referencias claras sobre la positividad del estudio.

Los hallazgos obtenidos fueron discordantes con la primera hipótesis del equipo que esperaba un mayor valor diagnóstico de la PET-tau. Cabe decir que los estudios sobre la PET-tau establecen que:

  • La PET-tau demuestra una mejor correlación que la PET-amiloide con los síntomas clínicos.
  • Su positividad indica tanto neuropatología avanzada tanto de amiloide como de tau.
  • Permite diferenciar entre patologías neurodegenerativas amiloide positiva/negativa.
  • Los depósitos de tau están relacionados con otros marcadores de daño neurológico.

Por otra banda la PET-amiloide parece ser más sensible en fases tempranas, además como tiene un mayor recorrido podría tener más relevancia para los clínicos que la PET-tau.

Los autores, valorando los resultados, y teniendo en cuenta que se ha publicado en algunos casos la presencia de tau en casos de demencia frontotemporal, junto con el mayor impacto en el diagnóstico etiológico de la PET-amiloide negativo puede haber decantado la balanza de la comparación.

Ambas pruebas aumentaron la confianza diagnóstica en T1, o forzaron un cambio en el diagnóstico, siendo de gran utilidad. En cuanto a T2 también aumentaron ligeramente la confianza, aunque no tanto como la primera prueba.

Valoración personal: 

Aunque, como admiten los autores, el estudio no es del todo concluyente ya que faltaría una fase prospectiva  y un análisis de la evolución a medio-largo plazo, me parece muy interesante ya que se sale de la normalidad en los estudios en los que se valora la PET-tau y lo compara con las técnicas actuales.

El artículo tiene limitaciones que los autores exponen perfectamente y creo que se ha hecho un análisis exhaustivo de todos los factores a tener en cuenta.

En definitiva nos encontramos ante un gran artículo y que considero de gran utilidad clínica.

 

Albert Tomas Corella

Hospital Vall d’Hebron

atomas@vhebron.net